Todos sabemos la capacidad actoril de Reynolds y el mismo sabe que le hizo muy mal con aceptar hacer cosas que al final serían mal vistas -me refiero a Green Lantern y como Deadpool en Wolverine Origins que no es para nada la verdadera esencia del personaje-, así que tuvo que moverse un poco para producir esta enorme película, que rozando lo ridículo que podría ser, es uno de los mejores aciertos del reinicio de su carrera como “super héroe” de medio tiempo y, además, aprovechando el reinicio de la línea temporal de los X-Men que le da ésta, la mejor oportunidad para ser un verdadero héroe para nosotros, los espectadores.
– Sí, la primera parte la hice en honor a la propaganda romántica de esta película, hasta la imagen principal.
Wade Wilson (Ryan Reynolds) es un mercenario que cobra por hacer trabajos sucios, como dar palizas de aquí a allá o a veces una que otra advertencia violenta, no solo porque sea lo correcto, si no porque se le paga bien y a pesar de ello no quiere ser considerado un héroe. Pasa sus días bebiendo y divirtiéndose en el bar de Weasel (T.J. Miller) donde conoce a Vanessa (Morena Baccarin) el amor de su vida.
Luego de caer en la desgracia que le traería el cáncer, se hace intervenir por un psicópata Francis (Ed Skrein) conocido como Ajax -No confundir con el otro Ajax de Marvel que es un semidios- y que le diera la habilidad de regenerarse pero transformándole en un ser de horrible apariencia, Wade, con el nombre de Deadpool, enmascarado de la cabeza a los pies, no descansará hasta encontrar a Francis, para que arregle lo que hizo mal y así poder volver con Vanessa, no como el horrible ser que es, si no como el Wade que ella ama, pero nada de esto pasará desapercibido para un grupo de mutantes a cargo de Colossus y su protegida Negasonic Teenage Warhead, que intentarán hacer que Deadpool sea un héroe y deje de hacer las cosas sin sentido que hace a su paso.
Ahora, voy a ir directo al grano, hay suficientes escenas sangrientas, de pechos al aire y lenguaje descontrolado como para escandalizar a cualquier persona -y sí, recordemos que esta película no está rateada como todas las de Marvel hasta el momento- pero nada de esto es sin sentido o sin intención de hacer que te rías y disfrutes de un peliculón, lo que tampoco quiere decir que Reynolds haya tirado toda la carne a la parrilla, porque se nota suficientemente confiado para que nos demos cuenta que quiere hacer toda una saga de estas películas, y lo que a su vez no quiere decir que no sea una gran película, es entretenidísima a extremo, tiene acción más que suficiente y se complementa lo mismo con el entramado, que está suficientemente explicado en todo aspecto. Hay drama, hay acción, hay humor a más no poder y hasta cameos, ya sea de aparición o de nombre, Reynolds incluso es capaz de ridiculizarse a sí mismo indirectamente para hacernos entender que él realmente le metió todo el corazón que pudo a este nuevo proyecto y se nota.
En cuanto al personaje, está bien trabajado, la típica ruptura de la cuarta pared que caracteriza a este ser de los cómics, los chistes que podría uno decir sobre un cómic incluso, la locura que recién empieza a desatarse en su cabeza, sus poderes y sus habilidades sobrehumanas, su palabrerío y su modo de hablar.
Y debo decir que los personajes secundarios tuvieron suficiente tiempo para brillar, y me refiero directamente a Colossus y esta nueva mutante llamada Negasonic Teenage Warhead, y los villanos de paso, que claramente no se desperdician para nada, se hacen notar y entretiene verlos en acción.
Estoy seguro que es una buena película para que vaya una pareja a verla un típico 14 de febrero, sobre todo si eres un fan de este personaje en particular. Claro que ningún menor de edad debería ir a esto, pero de seguro si están acostumbrado a este nivel de demostraciones de violencia y alguna que otra escena subida de tono, disfrutarán demasiado esta propuesta de Reynolds y compañía.
Quédense hasta el final si quieren reír un poquito y unas sorpresas ñoñas.
